La inflación es la inseparable compañera de una filosofía política que aconseja manipular las disponibilidades monetarias al objeto de disimular en lo posible los daños provocados por las múltiples injerencias estatales. Tal política, a la larga, convierte al gobernante en esclavo de sus anteriores decisiones, obligándole a adoptar medidas cuyo carácter pernicioso bien le consta...La actual prevalencia de las ideas inflacionistas se debe, en gran parte, a que la gente cree que sólo le interesan los efectos a corto plazo de sus actos, por lo difícil que a veces resulta descubrir cuáles forzosamente han de ser las posteriores consecuencias de determinadas medidas y por la tendencia de los hombres prácticos, particularmente de los hombres políticos, a ocuparse tan sólo de los problemas más inmediatos y de los objetivos más visibles.
Hayek, F.A. Fundamentos de la libertad.
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