jueves, 20 de noviembre de 2008

Demandan subsidio


Ni el empresario falto de liquidez, ni el banquero que ve el peligro de no ser pagado por la misma razón, ni el sindicato que presiona por subsidios, ni el economista que cree en Keynes o en Prebisch, hacen otra cosa sino exigir al poder que abra las exclusas del dinero nuevo. Por ello, sin una autoridad decidida a aceptar las reglas del juego, el poder acaba inclinándose por uno u otro grupo, echando a andar el movimiento perpetuo de la intervención estatal. El empresario se quejará después del control de precios, el banquero de la fijación del tipo de interés, los sindicatos de la congelación de salarios y las alzas de precios y el economista seguirá echando en cara al gobierno su incapacidad de gobernar. Y ése es precisamente el peor de los males causados por la inflación: la reducción paulatina de la libertad que los unos demandan de los otros por medio del poder.
De F. Pérez de Antón. La Libre empresa pág. 155

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